Anoche terminé Bravely Second: End Layer, la continuación de Bravely Default, del cual ya escribí mi valoración hace un par de años, cuando salió a la venta.
Tenía muchas ganas de tener en mis manos esta segunda parte, pues aunque Default no era una obra maestra, no dejaba de ser un gran juego con el que era fácil que las horas se te pasasen volando (salvo las conocidas últimas horas debido a «aquello»). Además, me alegró saber que mantenieron todo lo bueno que tenía al tiempo que corregían los errores de este.