Cuando era muy pequeño, tanto que por mí mismo ni siquiera jugaba a videojuegos, sino que lo hacía siempre en compañía de mi hermano en el PC, aquellos títulos a los que más nos poníamos eran a los del género de aventura gráfica. No sabría decir, a diferencia de mucho, cuál fue mi primer videojuego, pero sí cuáles están entre ellos, y este Day of the Tentacle es uno de ellos. Aunque eso sí, ya entonces seguía un orden y no lo jugué antes de Maniac Mansion, el antecesor de este.
Me ha sorprendido que, al jugar a esta reedición de tan mítico juego, haya sido capaz de recordar tantas cosas, cuando únicamente lo había terminado, que yo recuerde, una vez. Mientras iba avanzando en esta nueva versión, me venía a la cabeza el cómo debía proseguir para avanzar o, como mínimo, recordaba qué debía conseguir aunque en ese momento no recordase el método exacto a seguir. Aunque si lo pienso bien, en aquellos años a mi hermano y a mí nos llevó tanto tiempo conseguir terminar el juego pues a cada rato nos quedábamos atascados en algún puzle y tantas las horas que debíamos dedicarle a resolverlo, que es hasta normal que se hayan mantenido en mis recuerdos de una forma u otra.